¿Y por que no?

Tengo un compañero de trabajo que llevaba sin besar a una mujer más de un año.

Varias veces le pregunté si alguna vez había contratado los servicios de una escort, siempre dijo que no.

¿Y por que no? Le pregunté. Su respuesta fue que si él contratara a una acompañante le gustaría invitarla a cenar, a tomar algo, etc. Y que eso significaba mucho dinero. Yo sé que él tiene suficiente dinero para permitírselo, pero estoy segura que lo que le frena es el “estigma”.

Lo que escribo a continuación es una de las razones por las que considero tan importante el papel de las escorts:

Sabiendo que él no leerá este blog, por lo menos de momento, os voy a revelar un pequeño secreto.

Mi compi de curro, Andrés, es un hombre de unos 45 años, agradable, atractivo… pero a la vez es bastante tímido y está algo cansado de los golpes que le ha dado la vida en el tema sentimental. Vive solo, lleva una vida poco social (trabaja muchas horas) y, aunque es gracioso y sonríe, yo siempre lo he notado un poquillo amargado.

Hubo una noche, que decidimos salir a tomar algo con los colegas, y él termino bastante borrachillo la verdad… Había una chica un poco especial, que conocíamos de alguna otra quedada. Se llama Marlene. Tiene un trastorno obsesivo compulsivo y a veces hace cosas que pueden dejarte flipando si no estás acostumbrado.

Marlene parecía estar algo atraída por él, pero yo sé que a él no le gustaba, por varios motivos que no hace falta contar. Pero Andrés llevaba una turca impresionante y estaba necesitado, por lo que se le lanzó a la primera que pudo. Imagínate como se le debió de notar la necesidad de contacto, la vulnerabilidad, que incluso Marlene lo frenó. A las mujeres no nos suele gustar que se note que un hombre te quiere para desahogarse y ya… Lista Marlene, bien hecho.

Pero imaginemos que ella se hubiese dejado, y de verdad le gusta, se obsesiona con él, y a cambio él pasa de ella ya que lo único que quería era un polvete de sabadete.

Tendríamos a una chica llena de sufrimiento, sintiéndose usada, y a un hombre lleno de arrepentimiento y culpabilidad.

Y aquí es donde yo pregunto ¿Por qué no contratar a una escort?

Todos sentimos necesidades, somos seres que a parte de respirar, comer, beber, también necesitamos contacto físico con otras personas.

Tengo un cliente que él mismo me lo dijo, trabaja de profesor y está rodeado de chicas jóvenes, si no contratara a una escort de vez en cuando vete tu a saber que podría pasar…

Pues sigo…

Pasaron los días, y quise empezar un juego con Andrés. Soy una pervertida y me encanta seducir.

Le empecé a decir guarradas al oído y a toquetearle más de la cuenta. Me encantaba ver como se le encendía esa chispa en los ojos que te da vida. Sabía que podía darle lo que necesitaba e incluso más, y eso me encendía a mi. Me hacía feliz verlo así, y todavía me sigue haciendo feliz.

Me di cuenta de lo cariñoso que era, de lo dulce y atento que se volvía en poco tiempo, y la verdad es que empezó a ser todavía más y más placentero el coquetear con él. Es tan tímido que conseguir que me invitara a su casa era todo un reto. Hasta que un día (sin ir borracho…) se lanzó. Y ya le dije directamente que no dudase de que la cena nos la íbamos a saltar.

Qué buen amante… felices los dos de disfrutar de nuestros cuerpos.

Ay Andrés, algún día de estos te diré que soy escort, y espero que te des cuenta que somos mujeres normales, que un año sin sexo es gravemente perjudicial para tu salud y la de los que te rodean, y que una escort puede solucionar ese tipo de problemas.

Espero que os haya gustado mi relato,

es bastante reciente y necesitaba compartirlo.

Quiero aclarar que los sentimientos de Andrés están a salvo, que aunque no sepa que soy escort yo diría que se lo huele, por conversaciones previas, y que desde un principio quedó claro que mis intenciones no iban más allá de una relación divertida sin compromisos. Pronto se lo diré, si lo considero oportuno, y tendré otro interesante relato que contar.

Mil besos llenos de placer!

Lana