Lo estaba esperando bajo mi paraguas de topos blancos. Habíamos quedado en la estrella de Plaza Catalunya pero me había quedado en el Zurich porque llevaba mis botas nuevas y no quería que se mojaran. En ese momento estaba en la puerta decidiendo si ir a buscarlo y olvidarme de mis botas, o esperar a que viese el mensaje y viniese él a buscarme a mi.
Llegó tarde, pero llegó.
Tan guapo y Gentelman cómo siempre, tengo que reconocer que el estilo neoyorquino me encanta, y ojalá tuviese tiempo para reescribir esto en inglés, for you my boy, pero en estos días no me sobra el tiempo.
Qué puedo decir… Que aventuras miles sucedieron. Desde colarnos en un concierto de flamenco hasta hacernos pasar por alumnos en una clase de bachata, desde imaginar lo qué haríamos con una profesora de yoga hasta hacer realidad la fantasía de ver a una estrella desnudarse en el balcón de su hotel.
¿Cual será la siguiente aventura?
¡Ya estoy aquí, para ti. Mi capitán!
Nota: No soy ninguna de las chicas que salen en las fotografías de este post.
Felicitats, molt maco! Salut i somriures
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