Estoy descubriendo el mundo del fetichismo, y la sumisión.
Mi interés empezó hace unas semanas, con una compañera que empezaba aprender shibari, el arte de atar con dulzura y estética, y me ofrecí como modelo.
Me inmovilizaron entre ella y el profesor, en todo momento atentos a mi pulso, al sudor de mis manos, a mi bienestar.
Entonces sacaron una pequeña “fusta”… y dije NO, a mi no me gusta que me peguen, yo soy de mimitos…
Se miraron entre ellos y empezaron con un ataque de cosquillas! Y me encantó.
Según estudios parece ser que la risa histérica de las cosquillas es un mecanismo de defensa e indica sumisión. Al recibir cosquillas se activa una parte del cerebro que se anticipa al dolor, incluso comenzamos a reír al sentir la amenaza de las cosquillas, y ahora entiendo lo curioso del tema, que uno no puede realizarse cosquillas a si mismo, siempre será necesario recibirlas de otra persona, para que se activen esos sensores nerviosos… Genial!
Fetichismo por las cosquillas, que gran descubrimiento.
Me encantó que me masajearan los
pies, que una vez atada me vendaran los ojos y me besaran las manos, me puedo derretir de placer con solo sentir el calor del aliento entre mis dedos.
Todo con sumo cariño.
Así sí que me gusta ser sumisa.
La próxima vez por eso, cambiaremos las cuerdas por seda.
Un besazo!
Lana
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PD/ Mientras estoy escribiendo estas lineas aparece un insecto hoja volando y dando tumbos por la terraza, seguidamente entra en casa y cae en el teclado de mi portátil, súper gracioso como salido de una película de Pixar, “Bichos”, empieza a pasearse y al verme se para y se pone estirado con aire a la defensiva, me viene la risa, muy gracioso el bicho, tal que abre a volar y se queda posado al lado de la lámpara, observándome en serio, me está mirando. En cierto modo cuando me mira así es un poco escalofriante, de verdad que intimida jajaja.
Ha sido un momentazo de cuento de hadas, habrá querido el bicho darme algún mensaje? No lo sé…
Besazos!
Lana